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Ampuero es una de las plazas más significativas en la vida de Pablo Hermoso de Mendoza de las de fuera de su tierra navarra. Aquí en sus inicios lo apoyaron mucho y era un fijo en sus ferias en la década de principios de los noventa. Aquí puso la primera banderilla sobre su mítico caballo CAGANCHO y se puede decir que aquí comenzó la leyenda del caballo más importante que ha dado el rejoneo. Y aquí regresaba esta tarde con un ambiente de lujo, con un cartel de lujo y con la enorme satisfacción de presentar ante esta gente tan cercana a su hijo Guillermo en esta temporada tan especial para él.

Ambientazo especial con los tendidos casi llenos y en una tarde en la que el juego en general de los toros y sobre todo el descabello privó a los dos rejoneadores de un triunfo más rotundo. En todos los toros, a pesar de que llevaron rejones hasta la bola, se tuvo que tirar del uso del descabello y eso resto trofeos a unas faenas en las cuales ambos jinetes habían estado muy por encima de los astados. El sexto fue otro buen toro al que Guillermo lidió de forma magistral con sus pesos pesados JIBARO, BERLIN, ILUSION y ESENCIAL, pero que al final se topó con el descabello para que el triunfo, por otra parte merecido, hubiera sido mayor.

El primer toro de Guillermo dio nulas posibilidades de lucimiento. A peas de ello estuvo entregado y voluntarioso para cortar una oreja con el apoyo de ENTRAÑO, AGORA Y CORSARIO