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EL REJÓN FUE EL FACTOR

Comenzó la gira por las ciudades del norte de México en la ciudad de Chihuahua, donde en horario nocturno, se celebró el primero de los tres festejos en los que de una forma u otra iban a estar encartelados Pablo y Guillermo Hermoso de Mendoza. Suerte desigual para ambos toreros, ya que al final del festejo el padre saldría a hombros, mientras que Guillermo no pudo rematar sus faenas en el último tercio.

El descabello impidió que Guillermo triunfara en su primero y es que varios pinchazos pie a tierra emborronaron una buena lidia a un buen novillo de San Pablo. Lo recibió montando a AGORA II y disfrutando del buen galope que tenía el utrero. El toro acudía a los cites del jinete y así el caballo podía lucir su tranco acompasado con el del toro. En banderillas llegó la emoción de los emboques de BRINDIS que enfrentó al toro desde la larga distancia para reunirse y salir de la suerte con limpieza. Luego sería ICARO quien puso el valor en el toreo más circular, dejándose llegar el toro muy cerca y rediciendo las distancias. El cierre vino con JABUGO y con una rueda de tres banderillas cortas colocadas en lo alto antes de dejar un rejón entero algo tendido. No fue suficiente y llegaron los fallos con el descabello que dejaron el premio en los aplausos del público.

El novillo con el que Guillermo cerró la corrida tuvo un comportamiento muy cambiante y terminó muy complicado. Sus mejores instantes fueron de salida con BARRABAS, donde el menudo caballo se llevó muy cosido al astado. Aguantó esa embestida con DISPARATE que dibujó con el toro muy buenos momentos galopando de costado y llegando mucho al tendido. Después de esto, el toro cambió para mal y comenzó a defenderse y a mantenerse quieto en sus terrenos. Así DALI lo tuvo muy complicado como luego pasaría con BACANO. A pesar de la voluntad y de que Guillermo lo intentó todo y tuvo momentos brillantes como el par a dos manos, lo cierto es que el toro se iba haciendo dueño de la situación y al final terminó por complicar mucho el momento del rejón de muerte, poniéndose siempre por delante y embistiendo con mucha violencia. El público reconoció el esfuerzo del joven estellés y lo despidió con una cariñosa ovación.